sábado, 7 de enero de 2012

ASOCIACIÓN ETNOGRÁFICA DON SANCHO.

Indumentaria Tradicional: Carbajales de Alba



Una de las Indumentarias Tradicionales de España más conocidas es la referida a la Tierra de Alba de Zamora, mas concretamente a la localidad de Carbajales de Alba.

Ya en 1872 un grupo de carbajalinos acuden ataviados con sus trajes a la boda de Alfonso XII, retratado en aquel momento por el insigne fotógrafo Laurent.

Durante las primeras décadas del s. XX numeros antropólogos y musicólogos visitan la Tierra de Alba y recopilan diferentes elementos de la cultura tradicional de esta comarca zamorana.

El 28 de septiembre de 1930, el periódico ABC ya publica la visita de la Escuela de Cerámica de Madrid a Carbajales de Alba. la visita de estos artistas supone un importante documento gráfico de la indumentaria tradicional de Carbajales de Alba. Toda esta obra se puede disfrutar en el libro "Indumentaria de Zamora: Sejas de Aliste; Carbajales de Alba;Tabara. ... " Acuarelas de la Escuela de Cerámica de la Moncloa. Zamora, 1988.




En 1938 se crea en Carbajales el primer Taller de Artesanía bajo los auspicios de Auxilio Social y en 1940 se construye con dinero de los pueblos de Alba el segundo Taller Escuela de Artesanía, que se confiará a la Sección Femenina de Falange. Va a funcionar casi hasta nuestros mismos días.

Se puede observar la evolución del bordado carbajalino a lo largo de la historia. De las fotografías de los carbajalinos de la boda de Alfonso XII a lo que se conoce actualmente por "Traje de Carbajales" no tiene nada que ver. Durante la postguerra se produce un efecto de uniformación del traje. Muchos elementos del vestir popular quedan relegados, como pañuelos, justillos, manteos bajeros, jubones, etc. Se introducen nuevos materiales, como lentejuelas de plástico, telas inapropiadas, fieltros en vez de estameñas, etc... "el miedo al vacío" lleva recargar de bordado absolutamente toda la superficie de tela; la largura de los manteos se acorta; y en definitiva, se produce un "cliché arquetipo" de la verdadera riqueza en indumentaria de la Comarca de Alba.Bordado en Carbajales de Alba en la actualidad a base de lentejuelas de plástico. Procesión del 8 de Septiembre de 2005.

VIDEO DEL TALLER DE BORDADOS DE CARBAJALES DE ALBA

MI COLECCIÓN DE SELLOS: SELLO DE 1971. TRAJE DE CARBAJALES



El sello editado en el 1971, en el aparece una mujer vestida con un bello traje campesino lleno de diversos bordados.  El traje que lleva la mujer pertenece a la localidad Carbajales de Alba, una villa situada a las orillas del embalse del Esla a 32 kilómetros de Zamora.  Carbajales de Alba es la capital de la comarca Tierra de Alba.
Dicha villa es famosa  por sus bordados, entre los que se encuentra el  traje de Carbajalina, el mismo que lleva la mujer del sello, traje que está galardonado con el primer premio del I Festival Folclórico Mundial de Baviera en Alemania.
Con razón es galardonado el traje, son  lujosos y complejos  sus bordados, alegre es  su vista y casi infinitas son las piezas que lo forman, pues sólo puede ponerse un inventario simplificado de ellas:
  • Manteo Exterior  bordado en paño de lana con ricos y muy distintos colores.  Se le conoce también como  ”Saya”. Los bordados son preferentemente de color amarillo, rojo y negro.
  • Camisa de lino con los puños y el cuello bordados  en color azul o, con menos frecuencia, en negro (para personas que debían guardar luto).
  • Jubón o jubona. Es de terciopelo con bordados en las bocamangas. Se utilizaba para sustituir a las camisas.
  • Gabacha, pieza del vestido que suelen llevar las mujeres al cuello y sobre los hombros en forma cruzada, bordada en seda con abundantes lentejuelas con formas de grecas y flores.
  • Mandil  bordado en sedas de rico colorido y con adorno de lentejuelas. Solía ser de color negro, buscando el contraste con el manteo.
  • Caídas: De seda o bordadas, se colocan atadas a la cintura en la parte posterior.
  • Zapatos. Están hechos en paño y van bordados a mano, necesariamente haciendo juego con el Manteo.
  • Bantal o avantal,  es una pieza escondida ya que se lleva situada entre el Manteo y el Mandil. Era una especie de bolso para guardar el pañuelo moquero, las llaves de la casa o el dinero.
  • Joyas : collar de varias vueltas de corales, medalla de plata, gargantillas, botones y gemelos e incluso bollagras con el Cristo Barrigón.
Para observar este bello traje en vivo habría que presenciar alguna de las festividades locales de la villa, como la fiesta patronal en honor a la Virgen de Árboles, que se celebra el 8 de septiembre.  La fiesta empieza por la mañana con la misa y  procesión en honor a la Virgen de Árboles. Luego  hay un baile en la Plaza Mayor con digustación de las copas  y la ofrenda floral a la Virgen. Ya por la tarde se celebran los festejos taurinos “espantos” con la bendición del sacerdote, para que no haya accidentes graves, que suelen producirse.

MÁS CARBAJALES, MÁS BORDADO, MÁS CULTURA, MÁS NUESTRO.


http://carbajalesdealbainfo.blogspot.com/2008/05/el-traje-de-carbajales-de-alba.html

I Muestra Nacional de Trajes Regionales Lagartera (Toledo)

LAGARTERA (TOLEDO) ACOGERÁ LA PRIMERA MUESTRA NACIONAL DE TRAJES REGIONALES CON EL APOYO DEL GOBIERNO DE CASTILLA-LA MANCHA

Con el fin de dinamizar a nivel turístico la comarca de la Campana de Oropesa, en la provincia de Toledo, esta muestra exhibirá los trabajos de distintos municipios de Zamora, Salamanca, Cáceres, León y Castellón, mientras que Talavera de la Reina será la localidad invitada, por la importancia de su cerámica.

El Gobierno de Castilla-La Mancha está colaborando en la celebración de la I Muestra Nacional de Trajes Regionales, que acogerá la localidad de Lagartera en la próxima edición de la festividad del Corpus Christi y que servirá como dinamizador turístico para esta zona de la provincia de Toledo.
Algunos detalles de esta exhibición se dieron a conocer este viernes en Fitur, en un acto en el que participó la consejera de Cultura, Turismo y Artesanía, Soledad Herrero, junto al alcalde de Lagartera, Lorenzo Lozano, y diversas componentes de la Asociación de Amigas del Traje de Lagartera.
Durante la presentación, Herrero recordó el compromiso del presidente Barreda con el sector artesano de la región, como se demuestra también en esta XXX edición de Fitur, en la que “hemos querido mostrar al público los magníficos productos artesanos que tenemos en nuestra región y en el ‘Túnel de las Sensaciones’ el visitante puede disfrutar de una muestra de estos trabajos”.
Con la celebración de esta primera muestra de carácter nacional, esta localidad toledana busca darse a conocer y mostrar su artesanía a todo el público, con una nueva propuesta cultural de calidad en la que se dé a conocer también la artesanía que se está realizando en otras comunidades autónomas.
Además, como localidad invitada de la zona, quieren contar con la participación de Talavera de la Reina, por la cercanía y la repercusión de su cerámica en la decoración de las casas de Lagartera, tal y como explicaron.
Asimismo, se ha valorado invitar a otras regiones por la similitud en el traje y poder mostrar así las diferentes variantes que se han producido en los trajes regionales a lo largo de los siglos.

Las localidades invitadas son Carbajales de Alba (Zamora), ya que el bordado de su traje le da un colorido especial, similar al traje de trapillo de Lagartera; La Alberca (Salamanca), por su espectacular traje y bordados serranos, y por la semejanza en los adornos de las novias; la ciudad de Salamanca por lo famoso de su traje charro y porque algunas de las joyas que llevan los trajes de lagarterana son muy parecidos a los de Salamanca; Castellón, por ser uno de los trajes más famosos de España y su semejanza en el pañuelo de oro.
En esta edición también se ha invitado a la localidad de Montehermoso, en la provincia de Cáceres, porque los plegados del guardapiés son semejantes a los de Lagartera, así como en el moño e incluso en la forma de vestir a los niños de mantillo. Y por último, a La Zona de Maragato, en León, por la similitud en los adornos de ambos trajes regionales.

VIDEOS
1er video.



2do video.

El traje típico de Carbajales de Alba. Explicaciones e interpretaciones.

IV. EXPLICACIONES E INTERPRETACIONES.
Pero pasemos ya a la explicación e interpretación del fenómeno cultural que nos ocupa. Para ello, adoptaremos indistintamente diversas perspectivas de enfoque: geográfica, ecológica, histórica, psico-sociológica, tecnológica, artística…

Conviene comenzar afirmando que el traje carbajalino no es un hecho aislado, un islote, ni en el contexto cultural de Alba, ni en el panorama indumental de la zona Oeste.

Existen bastantes puntos de coincidencia entre el traje regional zamorano (representado generalmente por Carbajales), el leonés y el charro salmantino: basta con analizarlos ahora o comparar algunas litografías y fotografías de época para convencerse de ello. Además de contar con muchas piezas idénticas o similares, hay un rasgo que los hermana: el predominio de las flores y el color en el traje femenino. Frente a la seriedad del que porta el varón, “el traje de la mujer es de una gran belleza plástica por lo vivo y entonado de los colores”, así como por el empleo de lentejuelas, corales, gargantillas… El tantas veces citado profesor Hoyos opina específicamente de Zamora que “no es ya rica, es exuberante en adorno de flores reales y fantásticas, bordados y sobrepuestos.
Sus sayas y rodaos son de una belleza e interés muy particular. Bermillo de Sayago, Carbajales de Alba, toda la ribera del Valverde, ofrecen ejemplares verdaderamente espléndidos” (Hoyos, L. y N. de, Manual de folklore (Madrid 1947) 217.)

Pero la fiesta visual del bordado y el color llega a verdadero paroxismo en Carbajales y Tierra de Alba. Se puede trazar una línea ascendente que parte del campo charro salmantino, atraviesa la Rivera, pasa por Sayago y termina en los Carvajales, una línea de intensificación decorativa y cromática.

En sus diversas formas de traje, conservaron estas zonas la llamada facies leonesa: hieratismo en el vestido de la hembra, carácter defensivo en el propio del varón. El traje charro femenino abunda en temas decorativos. El que emplean las mujeres de la Rivera (Villarrín, sobre todo) es parecido al charro, aunque los colores son más vivos y el bordado más recargado; una mirada superficial sobre el mismo nos hace pensar en el de Carbajales. Casi lo mismo podemos decir del armuñés: tiene mucho de charro, aunque los bordados y colores son más netos y brillantes (Manual de folklore (Madrid 1947) 82. Cfr. también el libro de García Boizas y García Berrueta). 
Pero es en la Tierra de Alba –vuelvo a repetir– donde se llega al cénit en esta lucha por el adorno y la policromía. Recojo algunos juicios populares y de especialistas al respecto: “entra por los ojos”, “magnífica combinación de líneas y colores”, “rico colorido y bordados finos”, “faldas rutilantes por el rico colorido como ninguna otra prenda de la variada indumentaria española”, “bordado suntuoso, perfecto y luminoso por su rica policromía”, “el juego cromático de una vistosidad, de una grandiosidad y de unos efectos espectaculares”, “juego de colores haciendo cambiar el ritmo de la luz, el orden del espectro”, etc. Queremos subrayar especialmente la idea –se debe a González de Mena– de que el colorido del traje de Carbajales supera al de cualquier otra región. No estoy de acuerdo con la opinión de N. de Hoyos, cuando asegura que el traje charro salmantino, concretamente el que corresponde a la zona de la capital, “es el más rico de España y casi vale tanto como decir del mundo… El traje de la charra… presenta como una síntesis de diversos bordados en el que se
emplean sedas, oro, talco y pedrerías… El traje charro es, en cuanto al adorno, como una síntesis de los de España, pues en su ejecución encontramos materiales, procedimientos, bordados, etc., que se reparten aislados en otros trajes” (Hoyos, N. de, Bordados y Encajes. Col. Temas Españoles n.° 30 (Madrid 1953) 11)
Estas valoraciones se deben aplicar literalmente al traje zamorano de Tierra de Alba, que se ha constituido, a través de la historia, en auténtico epicentro o en conclusión última del  planteamiento y desarrollo lógico de unas premisas determinadas. La misma  autora confiesa, en otra parte, que las mujeres de Carbajales han sabido cuajar  o resumir en los manteos ese mundo fantástico del bordado, “tradición que llega  hasta nuestros días”.
Antes de pasar adelante quisiera  hacer un breve paréntesis ilustrativo. Al traje  carbajalino, al baile típico y al habla peculiar  de la región los llaman también, a veces, charros los nacidos en Alba. El  vocablo (derivado según algunos del vasco txar, malo, defectuoso…)  significa originariamente rústico extravagante, ridículo, de mal gusto…, pero  también y sobre todo demasiado cargado de adornos, de colorido chillón, etc.
Así es, aparentemente, el traje charro y lo es de manera eminente el de Carbajales. Pero en ambos casos dentro de una concepción armónica bien conseguida. Me interesa destacar mucho esta idea. La explosión de adorno y colorido se da siempre “dentro de un orden”. Las bordadoras de Carbajales otorgan
una importancia suprema a lo que ellas llaman “administración de los colores”.

Aquí está precisamente la clave fundamental del valor de un bordado. Y lo mismo ocurre en Salamanca: se entiende habitualmente por charro lo que “se encuentra recargado de colorines o excesivamente adornado, y, sin embargo, tenemos que manifestar que el traje charro de lujo… tiene el adorno tan bien dispuesto que no resulta excesivo, sino que está perfectamente logrado”, escribe N. de Hoyos (Hoyos, N. de, El Traje Regional de España. Col. Temas Españoles n.° 123 (Madrid 1956)). Las anteriores consideraciones me llevaron en alguna ocasión a sugerir la conveniencia de investigar los límites y características de la charrería,
entendida ésta como área o subárea cultural o  etnológica; opino que no es identificable con Salamanca. La Caja de Ahorros y  Monte de Piedad de Salamanca ha editado con buen acuerdo una Carpeta de  Grabados, en número de doce, que recoge las variantes del traje charro en  Salamanca, Zamora y Valladolid (Salamanca, 1981).

Pero cortemos la digresión y  prosigamos el discurso. A esta altura del mismo, cabe preguntar: ¿por qué reúne  el traje albense los rasgos que acabamos de destacar? Se han dado varias  respuestas, más o menos razonadas.

1) Felipe Olmedo opina que la  explicación radica en su origen bizantino. El adorno de paño sobrepuesto, los  adornos de las pecheras y los dibujos polícromos con que las mujeres arreglan  sus tocados de gala parecen demostrarlo: “Pensando en la razón que puede  existir para haber adoptado esta clase de adorno oriental que se transmite de  generación en generación sin perder su pureza ni arte en la combinación de  líneas y colores y que parece demostrar un gusto depurado en gentes desconocedoras  del arte, he llegado a creer que, sembrada como estuvo toda Castilla y León de  bizantinos templos, la gente del pueblo acostumbrada a contemplar aquellos  dibujos que las iglesias  decoraban y  enriquecían y las bordadas multicolores ropas del culto, llegaron acaso hasta sin darse cuenta, a copiar lo que constantemente tenían ante los ojos hiriendo su imaginación vivamente” (Olmedo,  F., La provincia de Zamora. Guía geográfica, histórica y estadística de la  misma (Valladolid 1905)). La teoría de Olmedo es una hipótesis interesante  y que no se debe descartar a priori; pero, con los testimonios que tenemos, no podemos elevarla por ahora a la categoría de tesis.
2) Otros han recurrido a los  antecedentes árabes para explicar el abigarrado cromatismo y las  características diseñales del traje carbajalino. Éste viene a ser entendido  como una “síntesis de la policromía que el  mundo árabe extendió desde las costas del sur por Levante y por Aragón con su  cerámica, por el centro con los bordados y la cerámica y por estas tierras marginales  del NO con los bordados”. En un tríptico de propaganda del Ministerio de  Cultura sobre Artesanía del bordado (Carbajales) se pregunta el anónimo autor:  ¿Cuál es el origen de ese bordado? Responde: “A pesar de los escasos restos que  al norte del Duero tenemos de la dominación, mejor, de la simple ocupación  árabe, es curioso cómo en el mismo término municipal de Carbajales se  encuentran varios topónimos que nos recuerdan esta indiscutible ocupación y esa  lejana civilización. Sin embargo, en el caso que nos ocupa no hay duda. En  primer lugar, la fuerza cromática y los colores preferidos que han predominado  en el bordado, rojos, azules, verdes, amarillos, sobre telas, fieltros o  pañetes, con fondos según las prendas, preferentemente negro, rojo, azul, verde.
Los motivos son siempre vegetales, florales muy simplificados, recordándonos el ataurique árabe  en su origen”. A esta opinión –compartida por algunos desde hace años– habría  que hacer varias anotaciones:
a) No se debe descartar, por  principio, la posibilidad de la influencia árabe en los bordados carbajalinos, como  en otras formaciones culturales de Zamora. Se trata de una hipótesis, y, como  cualquier hipótesis, habrá que verificarla.
b) Sin embargo, una  característica mudejar queda patente: “la de inscribir unos motivos en otros y,  probablemente es la escuela (se refiere a la de Carbajales) que más motivos  superpone” (Mª Ángeles González Mena).
c) No es cierto que los motivos  de decoración en los bordados y picados de Carbajales sean siempre vegetales, florales  y geométricos. Ya dijimos anteriormente que el traje antiguo lucía  frecuentemente motivos zoológicos (pájara, león, mariposa…) y otros de carácter religioso-cristiano.
d) En El Correo de Zamora escribí  hace algún tiempo: “El cromado de hilos y fondos ha variando muchísimo, incluso  en épocas relativamente cercanas. Las actuales combinaciones de colores no  prueban históricamente nada, y menos, referidas a tiempos tan lejanos” (Rodríguez Pascual, F., “El bordado de Carbajales”, en El Correo de Zamora, 6 de  septiembre de 1980.)
e) González Mena apunta otra  razón: “Un poco más lejos queda la relación que puedan tener (los bordados carbajalinos)  con los atauriques árabes, como algún escritor ha señalado, ya que la  influencia del arte musulmán fue escasa en estas tierras al ser pronto  repobladas por cristianos” (González de Mena, M. A., “El bordado zamorano”, en Narria,  n.° 20 (dic. 1980) 16.), sobre todo por advenedizos del norte de la Península,  hecho que refleja la toponimia (Caro Baroja).
3) La misma autora del Catálogo  de Bordados… ofrece una explicación, no genético-histórica, sino más bien  sincrónico-comparativa. Hablando del bordado, base fundamental del traje,  afirma: “Las circulares recuerdan en muchas ocasiones a las vidrieras góticas de estilo  trilobulado, cuatrifoliado, etc., que forman rosetones y se conservan en  nuestras catedrales españolas” (Ibidem.)
Quiero contar una anécdota a este  respecto. Proyectaba en cierta ocasión a un grupo de alumnos una diapositiva de  un delantal perteneciente al traje carbajalino. Al preguntar qué era aquello,  la respuesta fue rápida y unánime: una vidriera gótica. Naturalmente, los  muchachos no eran especialistas en historia del arte.
4) Algunos han acudido a los  componentes barrocos del traje para interpretar su peculiaridad. En sentido  lato, ciertamente que los tiene. Barroco viene a significar lo mismo que charro:  recargado en ornamentación y colorido; este rasgo resulta indiscutible en el  traje de Carbajales. Pero no podemos decir lo mismo si hablamos en sentido  riguroso o académico. Los motivos decorativos no pertenecen al estilo barroco,  aunque sí a veces algunas de las soluciones técnicas. El modo de entender el  arte que tuvo el barroco rimaba muy bien con la idea que alimentó el bordado
popular. Durante ese período, este último se  incorporó al traje popular de una forma plena.
5) González Mena opina que el  estilo del traje de Alba es castellano, “con los motivos enteros, bien  trazados, colorido fuerte… (se refiere al bordado)” (Ibidem.) Habría que añadir  que conserva también rasgos fundamentales de la facies leonesa y algún influjo  de zona de la vertiente galaico-portuguesa: “en Zamora y en Salamanca hallamos influencias  claras de las vecinas Galicia y Portugal”.
6) Casi todas las explicaciones  anteriores adolecen de debilidad congénita. Resulta difícil –por no decir  imposible– encontrar las raíces históricas del traje de Carbajales y de  cualquier otro traje popular. Hasta ahora, sólo se han podido espigar testimonios  sueltos, con los cuales no se puede recomponer ab ovo el proceso entero.  Yo abundo en la idea de A. C. Floriano Cumbreño. Hablando de los bordados populares, anteriores a los trajes y, en parte, base de los mismos, dice: “Un bordado popular puede ser de cualquier época” (Floriano Cimbreño, A.C., El Bordado (Barcelona 1945) 41.). Es algo ucrónico (sin tiempo),  porque en él van retazos de la España primitiva, celta, ibera, romana, árabe,  cristiana… Cumbreño describió perfectamente las dos grandes corrientes del bordado hispano: oriental y occidental. Señaló también con claridad las principales etapas históricas:
ciclo bizantino (ss. XII-XIII), período gótico de los siglos XIII-XIV (con las variantes árabe y cristiana), bordado cuatrocentista, del Renacimiento, del Barroco, del Rococó, etc. Si los bordados “eruditos” pueden ser encasillados en cualquiera de dichas etapas y corrientes, no ocurre así con el “popular”, que a veces
acumula todas ellas.
7) Ante la dificultad de  recomponer el proceso histórico del traje popular, muchos han optado por  explicaciones de otra índole: geográficas, psico-sociales,  económicas… Veamos algunas  muestras.
a) El bordado carbajalino se  inspira en la naturaleza. Más concretamente en una estación del año: la  primavera. En estas tierras esteparias, átonas, pardas y áridas de por sí, la  primavera constituye una auténtica e inesperada explosión de color y alegría.  El fenómeno ofrece unas dimensiones que no se encuentran en otras latitudes.  Pues bien, el bordado de la Tierra de Alba sería un intento de capturar y fijar  ese momento efímero y exultante de vida pictórica. Su riqueza floral y su  enorme matización cromática es eso lo que busca, según muchos de los  carbajalinos interrogados. Incluso nos llegaron a decir algunos de los  informantes que en los dibujos se recoge el proceso o secuencia  evolutiva de la flor:
– verde en la base
– rosa en el centro
– rojo fuerte en el exterior.
Los poetas –intérpretes válidos  del pueblo– han hecho a veces una lectura similar a la que acabamos de  mencionar. Luis Cortés, en sus Añoranzas y antigüedades de Zamora, dedica un  soneto a la Carbajalina. Comienza con estos dos cuartetos:
No exhibe de  color tanta viveza
ni más ricos  matices prisma herido
por el rayo de  luz, como el vestido
de Carbajales  feminil majeza.

Ni el prado por  abril luce riqueza
de floración,  como brotó el tejido
en gabacha y  manteos, estallido
triunfal que  domeñó a naturaleza.

En otro soneto, titulado Tierras  de Alba y Aliste, contraponiendo el traje al medio en que aparece, se expresa  de esta manera:
Más viva está la  gracia y donosura
y vivo el  colorido de las flores
que brota en tus  bordados y perdura.

b) También se podría pensar –en  interpretación que continúa las últimas palabras de Cortés– que el traje no es una  prolongación del medio geográfico tal como se presenta en primavera, sino un  complemento del mismo en situaciones normales. El espíritu del pueblo ha puesto  en el traje –porque lo necesita de forma vital– aquello que no encuentra en el  entorno. Si la capa de chiva sintoniza, rima perfectamente con el ambiente, el traje significaría  una ruptura brutal con él, aunque en busca de la plenificación. En otras  palabras, el hombre de Alba estaría siguiendo, sin darse cuenta, el sabio  consejo de Antonio Machado:
Busca tu complementario,  que marcha siempre
contigo y suele  ser tu contrario.
 c) Para algunos, el traje es  simplemente un texto o unidad cultural, cuya lectura sólo se debe hacer dentro del  contexto o sintaxis general. Dicho contexto se define por la ostentosidad,  extroversión, alegría, vitalidad, comunicabilidad, afición a las fiestas… de la  gente que puebla el antiguo Condado de Alba de Liste. Contra esto se puede  argüir que, si la anterior caracterización es válida para la Villa, quizás no
lo sea tanto para otros lugares de su tierra. En el primer caso, cabe explicar  el modus vivendi o essendi por la capitalidad comarcal,  circunstancia que no concurre en los demás pueblos.
d) En cierto libro de Geografía  regional de España, de mucho éxito en ambientes universitarios, he leído que la  fuerte personalidad socio-cultural (manifestada, entre otros aspectos, en su  indumentaria típica) de las comarcas zamoranas de Aliste, Alba y Sayago está  íntimamente vinculada a las grandes extensiones de terreno comunal que poseen.  Por lo que se refiere a Tierra de Alba, es especialmente verdadera la segunda  parte de la afirmación. Cuando el Conde de Alba de Liste, Don Diego Enríquez de  Guzmán, concedió en 1549 como “fuero perpetuo infiteusi (usufructo) para  siempre jamás á vecinos é moradores que son é por tiempo fuesen de la dicha mi  Villa de Carbajales y lugares de su tierra  o jurisdicción los términos, montes, heredades, viñas, egidos, cañadas e abrevaderos”,  buena parte del término del Condado pasó a usufructo concejil. Ahora bien, si  es cierto lo anterior, la relación entre propiedad común y personalidad cultural  resulta al menos problemática.
e) Entre las explicaciones  “económicas”, podríamos citar también la del economista catalán don Pedro Corominas.  En un curioso estudio publicado en 1971, El sentimiento de la riqueza en  Castilla,  defiende la tesis de que el castellano-leonés tiene una clara preferencia por  los bienes muebles, debido esto quizás “a la larga permanencia… en una alta  meseta, donde la inclemencia del medio físico y la escasa productividad del  suelo libertó al hombre de los atractivos de la tierra”. Esto ayuda a comprender la riqueza ornamental de los trajes, que mereció más de una  pragmática condenatoria por parte de nuestros reyes: “El estudio del traje  popular español basta para ver que el norte es zona donde el lujo en el vestir  ha sido pequeño. En cambio, difícilmente puede encontrarse en Europa una parte donde los trajes de los aldeanos de posición regular sean tan ostentosos como  en Salamanca y donde haya más gusto por el adorno personal. Junto al foco  salmantino, podemos recordar otros leoneses, zamoranos…” (Corominas, P., El  sentimiento de la riqueza en Castilla (Madrid 1917) 217.) Un autor  desconocido del siglo XVIII justifica hasta  cierto punto el derroche ornamental: “Convengo en que hay ciertos Reynos en que  además de no ser perjudicial en lo político el luxo de los adornos mugeriles,  forma una gran parte de su industria, de sus rentas, y de su comercio; y que en vez de cortarlo, conviene  aplicarle algunosfomentos…” (Anónimo. Discurso sobre el luxo de las señoras  y proyecto de traje nacional (Madrid 1778) 17 ).
f) Yo, que en la vida pretendo  ser siempre más sintético que ecléctico, opino que en la creación y sucesiva elaboración  del traje típico de Alba han confluido diversos factores: históricos,  culturales, geográficos, políticos, económicos… Todos ellos fueron filtrados a través  del espíritu, de la personalidad de base de un grupo que labró su identidad  dentro de un marco administrativo (condado), religioso (vicaría) y ecológico (comarca  natural). El filtro funcionó como catalizador de las esencias que se  encontraban diseminadas en la zona oeste de la Península y que se condensaron especialmente  en Zamora. El traje carbajalino sería –esta es mi tesis– el máximo exponente de  todo un modelo cultural de indumentaria.
g)  Para terminar este apartado, quiero hacer una breve alusión al dimorfismo ornamental  que existe entre el traje masculino y el femenino. Si el de la mujer, según hemos explicado, es un estallido de vitalidad, brillantez y color, el del varón  se caracteriza por lo contrario: la sobriedad, la robustez, la opacidad, el ascetismo…
Como el Negrillo  del Fuerte
tú, como el  roble del monte,
castillo en el  horizonte,
señor del tiempo  y la suerte.
Sarda
(soneto titulado Carbajalino)

El primero cumple  fundamentalmente una función de adorno; el segundo, de abrigo. Estos rasgos son  comunes a casi toda la indumentaria típica de la zona Oeste de España. La  interpretación del fenómeno puede ser, en principio, dual: a) Cabe explicarlo  como simple nota de una realidad más vasta: el matriarcado, b) O, también, como  señal y símbolo de una cultura machista:
el varón exhibe cual objeto valioso a la mujer, a veces perdida entre  tanta fronda. Según me han dicho, en algunas partes de Salamanca –no sé si  ocurre lo mismo en Zamora– se enjaeza y adorna a las mulas en las mismas  ocasiones en que las mujeres lucen sus bellezas típicas. Teniendo en cuenta el pattern  o modelo cultural del área que estudiamos, me inclino más por la primera  interpretación.

V.CONSIDERACIONES FINALES
Concluimos este ya largo discurso  con dos reflexiones marginales:
Dijimos al comienzo que el traje  de Carbajales ha representado a la provincia de Zamora en ocasiones solemnes y  oficiales. Esto no es de ahora, sino que viene de muchos años atrás. Existen  testimonios gráficos desde la época del daguerrotipo y aún bastante anteriores  (varias litografías) hasta nuestros días. Tal vez ello se debió a ser el más llamativo  de la región. O, quizás, existió de por medio una razón histórica: Alba  perteneció casi siempre a Zamora, teniendo sus condes, durante centurias, una  influencia notable en la vida de la ciudad y su distrito. Como es bien sabido, no  puede afirmarse lo mismo de otras comarcas. En el siglo XVI la actual provincia  de Zamora estaba constituida por tres: Zamora, Toro y Tierras del Conde de  Benavente. A finales del siglo XVIII (época a la que tantas veces hemos aludido  en el artículo), según los mapas del reino de León, publicados por López,  existían dos provincias dentro del terreno de la actual: Zamora (con los  partidos de Monbuey, Tábara, Alcañices, Carbajales, Tierra del Pan,  Tierra del Vino y Sayago) y Toro (sólo Toro, aunque más extenso que el  actual). Hasta 1833 no se organizaron las provincias con los límites de hoy; el  partido de Villalpando fue agregado a Zamora en 1894. Contra el anterior  razonamiento puede argüirse que si Alba perteneció casi siempre a Zamora,  también perteneció Sayago, con traje regional muy bonito.
Por eso, me inclino a creer que,  en la elección del traje carbajalino como representativo de Zamora, ha influido  inconscientemente el hecho de ser el mejor ejemplar de una forma indumentaria que define a  Zamora y a toda la región Oeste. El “inconsciente colectivo” operó en esta  ocasión de la manera más adecuada. Naturalmente, se trata de una simple sospecha,  pero que va muy en consonancia con todo lo que venimos diciendo.
En épocas anteriores, cuando se  exhibía el traje típico de Alba como representativo de Zamora, se hacía en su  doble versión: masculina y femenina. Así lo acredita la información existente.  En cambio, ahora (ignoro totalmente por qué) sólo se utiliza la prenda  femenina. De esta manera, nos encontramos con el extraño espectáculo de una  mujer pletórica de belleza ornamental, a la que acompaña un caballero relamido que  no casa –nunca mejor dicho– con ella, pues está simplemente añadido,  yuxtapuesto o “arrejuntado”. Tales modos de contubernio no los puede bendecir  la antropología, por constituir un pecado de “lesa cultura”. Alguna culpa han  tenido en esto los mismos albenses, al haber dejado de producir el traje del  varón. Los carbajalinos y habitantes de Alba estamos muy orgullosos de  representar a Zamora a través de nuestra indumentaria típica. Pero, ¡por favor!,  queremos que no se la mutile de esa forma tan inicua.
El artículo sólo quiere ser un  aperitivo que incite a otros a proseguir la tarea. Para facilitarla –escribí en  una ocasión– sería muy conveniente organizar una exposición del traje de Carbajales,  en sus formas antigua y moderna. La Exposición del Traje Regional, celebrada en  Madrid en 1925, fue el punto de partida para muchos estudios e investigaciones.  En las arcas de los pueblos de Alba y en las casas de los emigrados existen  todavía piezas arcaicas y muy valiosas. Con ellas y las que hay en el Museo del  Pueblo Español, en el Instituto de Valencia de Don Juan, etc., se podría montar  una exposición interesante, que ayudaría a recomponer el mapa cultural de Alba y de toda la provincia. Por  otra parte, el encuentro y conocimiento de las raíces impedirían deterioros y  malformaciones posteriores. Las autoridades pertinentes tienen la palabra. Muchos  particulares –entre ellos me cuento– estamos dispuestos a ayudar, poniendo  nuestro minúsculo grano de arena.


BIBLIOGRAFÍA

ANÓNIMO, “Artesanía del Bordado  (Carbajales)”. Tríptico.
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http://rodriguezpascual.wordpress.com/2011/07/17/e-traje-tipico-de-carbajales-de-alba-3-explicaciones-e-interpretaciones/

Zamora es la cuna del traje típico más artesano de España.

 
 
Zamora es la cuna del traje típico más artesano de España.
Bordados Carbajalinos
Cuenta la leyenda que las costureras «La Guardesa» y «La Corrales» fueronlas creadoras de la Rosa Picada que en 1985 obtuvo el primer premio delI Festival Folclórico Mundial de Baviera en Alemania.
El Bordado Carbajalino cuyos orígenes se pierden más allá del siglo XVI ha logrado situar a suTraje Típico de Mujer como la indumentaria más artesana y colorida de España, obteniendo el Máximo Galardón dentro del «Primer Festival Foiciórico Mundial de Baviera 1985» celebrado en Alemania.
El mejor paño de la salmantina Bejar, las doradas lentejuelas catalanas de Barcelona y los zapatos de Valencia adquieren vida para ser lucidos luego por la Virgen de Arboles, una agricultora de Domez o la primera dama de Chile.
La indumentaria femenina viene a alcanzar, con Mantilla, unos 2900 euros.
La Villa de Carbajales de Alba se ha convertido por méritos propios en la cuna del Traje Típico de Bordado Artesanal más importante delMundo. Las más exigentes damas y caballeros de los cinco continentes, Europa, África, América, Asía y Oceanía, se han ido rindiendo poco a poco ante una indumentaria, sin lugar a dudas inigualable, llena de mística, colorido y brillantez, hecha puntada a puntada, por las ágiles manos y las mentes despiertas de unas gentes dispuestas a cultivar y mantener los valores de su amada tierra.Sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos y de su existencia e historia , aunque pocas, ya tienen citas en el siglo XVI.

Cuenta una leyenda pasada de padres a hijos en los pueblos del antiguo Condado de Alba de Aliste, que lasmás importantes, famosas y primitivas costureras fueron dos carbajalinas de pura cepa "La Guardesa" y "La Corrales" creadoras ellas tal vez de la Rosa Picada y Estampada al casarse las dos mozas más ricas de la Villa. Una copla popular las define "El traje de Carlinda / costó cien reales / que pagaron los duques / a la Corrales / y el de Teresa / primoroso en colores / a la Guardesa".

La Virgen de Arboles ha sido una de las grandes embajadoras del Bordado Carbajalino luciendo con elegancia su propio traje cada día 8 de septiembre en la procesión junto a devotos y feligreses.

El último Traje Carbajalino salido del Taller de Bordados, en el mes de junio, fue realizado por una vecina de Domez de Alba: Consuelo Gabella. La señora es una de las grandes amantes. del Folclore y Raíces de los Pueblos. Ella es dueña de los mejores garañones y burras de la raza asnal autóctona Zamorano-Leonesa y en sus ratos libres forma parte con sus hijos de un grupo de gaiteros y dulzaineros. El precio del traje completo ronda los 1700 euros y la Mantilla, como complemento, los 1200 euros.

La vestimenta de auténtico lujo tiene la característica de realzar la figura y la belleza de la mujer.

El «Taller de Recopilación Artística de Carbajales» fue creado por Jacinto Alcantará bajo los auspicios de Auxilio Social en 1940.

En el año 1928 la Escuela de la Cerámica de Madrid, dirigida por Jacinto Alcántara, casualidades de la vida, decidía iniciar sus Cursos de Verano en Sejas de Aliste. Sus profe- sores y alumnos nos dejaron una visión acertada y colorista de la Indumentaria Alistana. Famosas y apreciadas son las acuarelas de artistas como Ricardo Segundo o Manuel Mora.
Por su parte Anlecto García Villar e Isabel Irucia, entre otros, reflejaron la vestimenta carbajalina dos años más tarde: en 1930: meses de verano.Las visitas estivales continuaron en años sucesivos y así termino en Alba, el infatigable Jacinto, que con el objetivo de recuperar e iinpulsar el Bordado de Artesanía crea el Taller de Recopilación Artística (Taller de Bordados) bajo los auspicios de Auxilio Social en 1937. Estaban en plena Guerra Civil (1936 / 1939).
Simultáneamente se crearon dos subsedes, una en la propia Sejas y otra en Tábara.El Primer Taller de Bordados de la Provincia de Zamora tuvo como inicio el requisamiento de dos maquinas para poder hacer los trabajos, siendo nom- brada como Directora la joven Manuela Gómez Prada, nacida en Carbajales en 1912 y que por aquel entonces contaba unos 24 años de edad.Inicialmente el trabajo se ciñó al Traje Típico, siendo el mayor problema la escasez de los materiales, por lo cual se buscaron otras alternativas como hacer alfombras, delantales o tapices. En plena contienda bélica no eran muchas mujeres las dedicadas entonces al bordado, por lo cual se abrió el Taller de «Don Jacinto» con doce mozas aunque luego se llegó a las catorce. Era época de estrecheces económicas, de sufrimiento en el Frente, por lo cual cada bordadora comenzó cobrando únicamente 3 pesetas diarias.

En una ocasión el entonces Gobernador Civil, Carlos Pinilla Touriño, hombre fuerte del Régime en Zamora, clausuró el taller en un intento porque fuese explotado sólo por gente de la provincia. Tras comunicárselo a Auxilio Social, al frente del evento estaba Mercedes Sánz Bachiller (mujer del prestigioso político Onéximo Redondo), en sólo dos días vino una orden permitiendo su reapertura.

Arte en la Calle del Oro
Llegó la Paz al país y España se enfrentaba a años de miseria. Una de las primeras iniciativas tras terminar la Guerra Civil fue la construcción en la Calle del Oro del actual Taller de Bordados, se dice, que gracias a la idea de Francisco Franco Bahamonde. Fue Carbajales, Cesáreo Carbajo Celada,. y el apoyo de Carlos Pinilla. La financiación de las obras corrió a cargo de los vecinos y pueblos de la Tierra de Alba: Carbajales, Losacio, Muga, Santa Eufemia, Vegalatrave, Manzanal, Losilla, Losacio, Videmala, El Castillo y Vide.

Como Directora fue nombrada Manuela Llamas Pérez, más conocida a lo largo de su vida por familiares, amigos y vecinos como "Emma"; nacida en 1915, contaba con 26 años. Fue tal su auge que en los comienzos llegaron a trabajar hasta 50 mujeres.Frente al pequeño edificio del Taller Viejo el Taller Nuevo, inmueble con zonas ajardinadas que hace esquina con las travesías de las carreteras Zamora - Mahide y Carbajales - Santa Eufemia, contaba con amplios espacios e incluso calefacción y una cómoda cocina.

La gestión del nuevo Taller de Bordados fue encomendada en esta ocasión a la Sección Femenina Falange (Pilar Primo de Rivera). Precisamente en este sentido surgió la primera desavenencia pues algunas mujeres no se mostraban muy dispuestas a participar al no coincidir precisametne con la "ideología" del Régimen de Francisco Franco Bahamonte. Fue aquí donde Emma fue hábil y se marcó su primer éxito, logrando que se dejase de lado la política e incidiendo en la contratación de las jovencitas que mejor bordaban.

A 16 reales por jornada
Aún hoy viven algunas de aquellas jóvenes y recuerdan con nostalgia y gracia sus inicios: "Nos cogían al salir de la escuela, con 14 ó 14 años, y entrábamos como aprendices, sin cobrar nada. Cuando gracias a la práctica ya sabíamos algo, pasábamos a trabajar en los bastidores con un sueldo de cuatro pesetas y dos reales al día. No estaba mal si tenemos en cuenta que las profesionales recibían seis pesetas".Los dos centros de artesanía funcionaron a la vez, sin problemas, aproximadametne durante 19 años, desde 1941 hasta 1960. Individualmente el Taller de "Don Jacinto" sobrevivió desde 1937 a 1960: 23 años; el "Taller de Bordados" desde 1941 hasta el 1 de Enero de 1986, fecha en que se decidió su cierre, tras 45 años de vida.

Tras 6 años en el olvido, el 3 de junio de 1991, el "Taller de Bordados" de la Calle del Oro abría de nuevo sus puertas gracias a la iniciativa del entonces sacerdote de Carbajales, Cesáreo Carbajo Celada, natural él de Perilla de Castro, que fue el alma máter y el artífice de la puesta en marcha de la Asociación "Bordados Artesanos Carbajalino" a la que la Junta de Castilla y León arrendó el edificio. Desde entonces, siete mujeres artesanas de pura cepa mantienen viva la tradición del bordado manual. Ellas son Remedios, Maruja, Josefa, Lura, Maria Jesús, Antonia y Soledad.
El Manteo que mide 3,20 metros es de paño de Bejar y su bordado lleva 960 horas de trabajo a los costureras Las mujeres integrantes de la Asociación de «Bordados Artesanales Carbajalinos»han garantizado durante los últimos años la pervivencia delTraje Típico trabajando, sin prisa pero sin pausa, cuatro horas diarias, de 4 a 8 de la tarde, de lunes a sábado.
En la villa existen varias mujeres más que realizan los bordados en sus casas. En todos los casos siempre se trabaja por encargo Trajes, Mantillas, Faldas de Camilla, Cogines, Corbatas Bordadas, Capas Españolas, Mantos para Vírgenes y Santas, Muiíecas Albarinas y Reposteros, con todo se atreven las artesanos de Carbajales. En colores sobresalen siempre el Rojo, Verde, Dorado, Pajizo (amarillo), Rosa, Azul y Morado «porque son los más preciados, vigorosos y lucidos».
El envejecimiento de la población ha traído consigo la desaparición de otros oficios artesanales como el Cultivo del Lino el Hilado de la Lana o los Telares Artesanos. Ello ha llevado a tener que conseguir las materias primas en otras lejanas tierras. Los paiíos llegan de la población salmantina de Bejar y las lentejuelas de la catalana Barcelona. Tampoco quedan zapateros y los zapatos son realizados en Valencia.Aunque el precio de un traje 3000 euros (incluida la Mantilla) puede parecer muy elevado, sin embargo no lo es.

Los materiales son muy caros y las horas de trabajo, todo se hace a mano, incontables. Para hacernos una idea bordar un Mandil le lleva a dos mujeres tres semanas de trabajo (144 horas) y un Mantón a un hordadora cuatro meses y medio (432 horas); en un Manteo tra- bajan cuatro personas dos meses y medio (960 horas).El Ayuntamiento de Carbajales, a través de su alcalde y la Consejería de Industria, Comercio y Turismo de la junta de Castilla y León, que tiene como máximo responsable al popular zamorano José Luis González Valivé ultimán la rehabilitación deledificio delTaller de Bordados con vistas a ubicar en él una Escuela Taller o Taller de Empleo de Artesanía dedicado a los Bordados Carbajalinos con ámbito Comarcal o Regional.

El primer paso pasará por la cesión del ininueble por parte de la Junta al Consistorio. La urgente rehabilitación costará noventa mil euros y estará cofinanciada a través de la Agencia de Desarrollo Económico de Castilla y León.Además, se baraja la ampliación de las instalaciones con vistas a incluir dentro del Complejo Etnográfico Polivalente la Biblioteca Antropológica de «Francisco Rodríguez Pascual» y el Museo del Bordado Artesanal Carbajalino y de los Trajes Típicos de la Provincia de Zamora. Un traje con muchos luces desde Valdoradas a Chile
Su composición enamora a las personas mas exigentes que se visten de gala en bodas y fiestas Para un mejor conocimiento del Traje Carbajalino hacemos una relación exhaustiva de las piezas que lo coinpo- nen. Sin dudas todas de gran valor y riqueza cultural.

* Manteo Exterior: Ya bordado en paño de lana con ricos y muy distintos colores. Antaño se le conocía también como el sobrenombre de «Saya». Preferentemente eran de color Amarillo habiéndoles también Rojos y Negros.
* Camisa: Son de hilo de lino, planta que se criaba en la zona; tejida en tela- res artesanos. Es similar a la de] resto de Aliste, llevando los puños y el cuello bordados normalmente en color azul, aunque también a veces en negro (para personas que debían guardar luto).
* Jubón o jubona. Es de terciopelo con bordados en las bocamangas. Se uti- lizaba para sustituir a las camisas.
* Gabacha: Bordada en seda con abundantes lentejuelas con formas de grecas y flores. A veces se llevaba el Pañuelo de Hombros en sustitución del Dengue.
* Mandil: Bordado en sedas de rico colorido y con adorno de lentejuelas. Solía ser de color negro buscando contrastes con el manteo. No era de Picote. En Tierra de Alba solían utilizarse los Mandiles Alistanos de Picote con rayas rojas, amarillas y azules que se utilizazan con los trajes más sencillos de «diario», dedicadosal trabajo digamos de campo.
*Cintas. Van colocadas sobre la cabeza, sujetas por lo general sobre el moño.
*Caídas: De seda o bordadas, se colocan atadas a la cintura en la parte posterior.
* Medias. Son de hilo, blancas y casadas.
*Zapatos. Están hechos en paño y van bordados a mano, necesariamente haciendo juego con el Manteo. También se utilizan de cuero y con hebillas de plata.
* Bantal o Avantal: Es una pieza escondida ya que se lleva situada entre el Manteo y el Mandil. Era una especie de bolso para guardar el pañuelo moquero, las llaves de la casa o el dinero.
*Joyas de Adorno: Collar de varias vueltas de Corales, Medalla de Plata, Gargantillas, Botones y Gemelos e incluso bollagras con el Cristo Barrigón.
* Complementos o Alternativas: Rodados y Aldilla Justillo.
* Indumentaria de Boda: Manteo Negro de Raso. Mantilla tapando la cabeza y Mandil, ambos de terciopelo, negros y bordados.
* Vestimenta del Hombre: Polainas, Pantalón, Chaleco, Faja Roja, Camisa Blanca, Pañuelo Rojo para la Cabeza y Medias Blancas.
* Capa Espaiíola: Negra con vueltas rojas y verdes. La de la mujer va borda- da en Pedrería.
* Curiosidades a tener en cuenta: Se busca el contraste (si el Manteo es Rojo la Gavacha será Negra y vicever- sa).
La recuperación del folclore (Gaitas, Dulzainas y Danzas Populares) ha con- seguido sacar de los baúles los trajes más preciosos y emblemáticos recuperándolos del olvido.

TRAJE REGIONAL ZAMORA TALLER de CARBAJALES por DONATOCAMPURRIANO

Descripción y justificación de un valor cultural de interés

Nombre de valor
 TRAJE REGIONAL CARBAJALINO
Localidad
 CARBAJALES DE ALBA
Provincia
 ZAMORA
Fechas (si procede)
 SIGLO XVI
Acceso por carretera
 Carretera provincial ZA-P-.1405, a 28 km de la capital. Zamora - Mahide.
Acceso en transporte público
 Empresa de Transportes López Ratón. Línea Zamora (Capital) - Mahide.
Naturaleza
 Traje regional de la provincia de Zamora (España)
Características
Traje que data del siglo XVI con un potente bordado artesanal donde se plasman diferentes motivos ornamentales. 
Valores destacables
Taller de bordados de Carbajales de Alba 
Valores educativos
 Conservación del patrimonio cultural y artístico de más de 500 años.
Otras actuaciones sobre el mismo objeto
 Taller de bordados en la localidad de Tábara, localidad a 30 kilómetros de la Villa de Carbajales de Alba.
Otras actuaciones en el mismo territorio
 Tábara.
DETECCIÓN Y FUNDAMENTACIÓN

El traje de la localidadad zamorana de Carbajales de Alba es una muestra representativa de las grandes características y belleza sin parangón de este elemento etnográfico de carácter textil.

El Bordado Carbajalino se remonta allá por el siglo XVI. Se trata de una indumentaria artesána de tìpo femenino que ha logrado situar a su Traje Típico de Mujer como la indumentaria más artesana y colorida de España, obteniendo el Máximo Galardón dentro del «Primer Festival Foiciórico Mundial de Baviera 1985» celebrado en Alemania.

El traje de Carbajales de Alba tiene un gran potencial cultural, siendo un valor etnográfico y artístico reconocido internacionalmente, somo se ha mencionado en líneas superiores.